El mechón de pelo


               De pequeña leí un cuento que narraba la historia de una niña que por casualidad encuentra entre las páginas de un viejo libro, un mechón de pelo brillante como el sol, con una cinta cuidadosamente enlazada. Presa de su curiosidad, la niña logra descubrir que aquella cabellera era de su anciana abuela, quien en inocentes años se la había cortado para guardarla como un recuerdo. Con profunda ternura, la niña de este cuento, confronta el resplandeciente mechón hallado, con la blanca cabellera de su viejecita y...
               No recuerdo cómo concluye aquella historia, pero tengo muy presente que al leerla me embargó  una profunda tristeza y la pregunta  por el sentido de la vida, por el paso de los años, por lo que termina y lo que perdemos, por la manera en que va pasando nuestra vida sin que nada quede...

               Recuerdo que corrí al espejo para cortarme yo también un mechón de pelo. Recuerdo haberle puesto un lazo celeste y guardado en algún libro... Recuerdo haberlo cerrado con fuerza y llevado hasta mi pecho, imaginando cómo algún nietecito mío, muchísimos años después, lo encontraría también por casualidad, y emocionado lo comparara con mis blancos cabellos, sobre mi espalda encorvada. 

                Aquella niña permanece aún dentro de mi? O es que de ella sólo queda un mechón de pelo? 

               Tal vez,.... sólo tal vez guardé un mechón de pelo para encontrarlo yo misma en el ocaso de mi vida... Tal vez lo hice para recordar quién fui..., o tal vez para reunir mis retazos a la hora de mi muerte...

               De pequeña leí un cuento....