Harto de ayudarme un domingo en casa,
e impregnado de sus historias de ficción,
tras escuchar sonidos de sirenas
durante varios minutos,
policías o ambulancias ir y venir,
mi hijo me suelta:
e impregnado de sus historias de ficción,
tras escuchar sonidos de sirenas
durante varios minutos,
policías o ambulancias ir y venir,
mi hijo me suelta:
-Ojalá sea el apocalipsis...!