Cuando las puertas se abren

         
          ¿Cuántas veces dejamos pasar oportunidades calculando la llegada de otra mejor que nunca se hace real?
 
>          ¿Cuántas veces perdemos todas las oportunidades solo por esperar la llegada de una que es mera posibilidad?
 
          Hace muchísimos años, mis padres construyeron un apartamento en la planta alta de nuestra hogar. Tras solicitar un préstamo bancario, decidieron emprender la construcción con material económico. -"Para qué poner material de primera", pensaron, -"si lo rentaremos!".
 
          La vida hizo que fuera yo quien necesitara vivir en ese lugar! Las puertas no cerraban, los cerrojos se caían, los enchufes se salían y los acabados del cuarto de baño y la cocina daban pena. Viví allí algunos años mejorando cada vez que podía, los materiales de que estaba construida. Cambié suelos, instalé rejas, revestí la fachada, remodelé el cuarto de baño y la cocina; y cuando todo estuvo listo surgió la oportunidad de viajar a otro continente para iniciar una nueva vida... Todas las mejoras que hice las pude disfrutar muy poco, ya que al poco tiempo lo puse en renta. 

      -"Si hubiese sabido que acabarías viviendo tú allí..." -decía mi madre- "...habría puesto materiales de primera calidad." 

      -"Si hubiese sabido que surgiría la posibilidad de cambiar de vida..." -pensé- "...no habría invertido tanto dinero en remodelar." 

Con los años me pregunté:

          -Si mis padres hubiesen puesto materiales de calidad, ¿yo habría necesitado igualmente vivir en ese apartamento?
 
          -Si hubiesen construido con buenos materiales pensando en sus hijos, ¿lo habrían tenido que rentar a falta de uso por nuestra parte?
 
          -Si yo no lo hubiese remodelado, ¿me habría salido igualmente la posibilidad de cambiar de país?
 
          En realidad me pregunto...
 
          -¿Será que únicamente se abren ciertas puertas tan solo cuando cruzamos otras?